lunes, 20 de abril de 2009


Es mejor a veces un adiós que ver cómo llega el desamor y prefiero recordar lo que fuimos, que continuar viviendo casi como enemigos. Para que soñar, se fue el calor. No es culpa de nadie.
Es mejor decirse adiós, que seguir sufriéndonos y asistir a este naufragio entre tú y yo, y aunque nada quede ya, ni siquiera la amistad, al menos que nos quede un buen sabor.
Sé que volveremos al error, de intentar dar vida a un viejo amor, pero entonces ya será tan distinto. Jamás despierta una pasión cuando se ha dormido.
Para que soñar, aceptalo, se nos ha escapado el corazón. Es mejor decirse adiós.

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